En 2021, la humanidad afrontó varias adversidades, y los guatemaltecos no fueron la excepción. Viene 2022 y el siguiente es año electoral.
A pesar de la pandemia y momentos difíciles para la humanidad en 2021, seguimos en este mundo. Es por el favor de Dios o quizá no hemos terminado nuestra jornada.
Nos queda mucho por hacer como humanidad. Nosotros los guatemaltecos no somos la excepción, debemos seguir adelante con los pocos recursos que tenemos y con la falta de ayuda del gobierno.
A estas alturas del año, sabemos que lamentablemente Guatemala esta en los primeros lugares de pobreza, analfabetismo y subdesarrollo. Ahora le sumamos el alto índice de mortalidad por covid-19 y falta de vacunas para la comunidad.
Al Gobierno parece no importarle la vida, la salud y la seguridad de su gente.
Pero si invierte fondos millonarios y recursos para promover el voto en el extranjero. Este fue un hecho que el 2019 conllevó un gran fracaso.
Millones de quetzales fueron invertidos tanto por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), como por el Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex) para lograr menos de 200 votos en todo Estados Unidos.
En esta próximo jornada de votación, para 2023, ocurrirá exactamente lo mismo si el TSE, el Minex y cada uno de los consulados de Guatemala en EE. UU. no se ponen a trabajar en conjunto para empadronar a millones de guatemaltecos que residen aquí, en la unión americana.
Estamos en 2021 y todo sigue igual
No quieren modificar las leyes o los estatutos que facilitarían el empadronamiento y por ende una mejor respuesta al voto de la comunidad guatemalteca migrante.
Pienso que el presidente y gobierno guatemalteco deben darle prioridad a la comunidad infantil, a las áreas marginadas y olvidadas de Guatemala, antes de ponerse a invertir en el extranjero.
Pese esta terrible situación, los guatemaltecos le estamos echando ganas para llevar el sustento a nuestras familias, y los que podemos ayudamos a nuestras comunidad.
Porque dependemos de nosotros mismos, no del gobierno guatemalteco.