El Museo Ixkik del Traje Típico, un tesoro cultural, que busca preservar y fortalecer los valores ancestrales.
En el corazón de Quetzaltenango, sobre la cuarta calle, junto a la Antigua Estación del Ferrocarril, se erige un santuario de la identidad maya: el Museo Ixkik del Traje Típico. Este tesoro cultural, que busca preservar y fortalecer los valores ancestrales, es el resultado del arduo trabajo de cuatro mujeres visionarias: Miriam Nimatuj Leiva, Raquel García, Lina Barrios y Aura Marina Chojlan, quienes dieron vida al proyecto un 8 de marzo del año 2004.
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El museo nació con la donación inicial de 20 trajes indígenas, un gesto simbólico que marcó el comienzo de un legado cultural. La primera exhibición tuvo lugar en el Centro Intercultural Nueva Acrópolis de Quetzaltenango en agosto de 2004. Inicialmente programada por una semana, el éxito fue tal que se extendió, atrayendo a más de 1,000 visitantes en ese breve periodo.
El viaje del museo continuó, encontrando su hogar en la antigua Zona Militar, hoy el Centro Intercultural de Quetzaltenango. Tras varios meses de trámites, el 21 de marzo de 2006, el museo abrió oficialmente sus puertas en su ubicación actual. Desde entonces, ha crecido y evolucionado, albergando 18 espacios que aluden a diversas colecciones.
Entre las joyas que resguarda, destaca la Colección Textil con 80 trajes que narran historias de generación en generación. Las áreas lingüísticas, la colección de cerámica moderna y otras exposiciones hacen del Museo Ixkik un rincón donde la cultura maya se revive y comparte con los visitantes.
Caminar por sus salas es sumergirse en un viaje nostálgico que conecta el presente con las raíces del pasado. Cada traje cuenta una historia, cada rincón del museo susurra la riqueza cultural que define a los descendientes de los mayas. La visión de las fundadoras se ha convertido en un faro que ilumina el camino de aquellos que buscan comprender y apreciar la riqueza de la identidad maya.
El Museo Ixkik del Traje Típico no solo es un espacio físico; es un lazo entre generaciones, un tributo a la perseverancia de un pueblo y un recordatorio de que la riqueza cultural es un tesoro compartido. ¡Que nostalgia!