Emprendedora guatemalteca crea una marca de productos artesanales que sobrepasa fronteras.
El 2020 fue un año de cambios, la pandemia vino a movernos de la zona de confort y obligó a muchas personas a reinventarse en todos los ámbitos.
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Ese fue el caso de Yeimy Muñoz, madre de tres, quien había dedicado gran parte de su vida laboral a una empresa transnacional.
Tomando ventaja de los cambios y viéndolo como oportunidades que la vida pone en el camino, Yeimy y su familia decidieron apostarle a un
emprendimiento nacional, un negocio con impacto social.
Oportunidad para todas
Así nace TULY con el objetivo de darle ayuda a otras mujeres del área rural que por diversas situaciones sociales no han tenido esa oportunidad de mostrar
sus habilidades.
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De esa cuenta y dejando a un lado los miedos, Yeimy emprendió un viaje, junto a su esposo, por el interior del país en busca de mujeres artesanas que conocieran o quisieran aprender como utilizar los recursos naturales para crear artículos personales y de casa.
Cada día, la madre naturaleza nos regala una gran biodiversidad que puede ser utilizada sin generar un impacto negativo en el medio ambiente y aprovechar su proceso de reproducción.
De la naturaleza
Es así como las mujeres artesanas utilizan las hojas de plátano, coco, palma, maguey, mango, tule, cibaque, bambú, flor de izote, cáñamo y otras para crear piezas únicas sin ningún proceso químico, simplemente siguiendo su proceso natural.
Actualmente, TULY trabaja con más de 130 mujeres en todo el país, quienes realizan una variada colección de artículos para el hogar o para uso personal. Su concepto ha generado llamar la atención de los mercados tanto locales como internacionales.