Aquí te contamos la historia de Manuel y de su hijo Francisco, quien falleció hace unas semanas en Estados Unidos.
Manuel Tzaput Tepaz está triste y preocupado. Su hijo Francisco, de 21 años, murió ahogado en San José, California, Estados Unidos.
Francisco falleció el jueves 15 de julio, alrededor de las 14:00 horas, después de que se sumergió en una piscina, de la que no pudo salir por no saber nadar.
Su padre se enteró de la tragedia hasta las 19:00 horas, cuando terminó su turno en un restaurante de comida china, lugar donde trabaja desde hace dos meses, tiempo que tiene de haber emigrado a Estados Unidos.
“Estoy muy triste por mi hijo. Mi esposa y mi nuera están preocupadas allá en Guatemala. Mi nieto que se quedó sin papá”, comentó el guatemalteco, de 41 años.
Pide ayuda
Francisco emigró a Estados Unidos a los 19 años. Huyó de la pobreza con que viven las personas en el caserío indígena Pasaquijuyup, que pertenece al municipio de Santa Catarina Ixtahuacán, Sololá, Guatemala.
Días antes de morir, Manuel le pidió a su hijo que se mudara de Los Ángeles a San José, California, porque le había conseguido trabajo en el restaurante de comida china. Francisco obedeció y se cambió de ciudad.
Sin embargo, al terminar su semana laboral fue a una piscina y se ahogó. Sus restos humanos están en proceso de repatriación, la cual se pudo pagar por una colecta de ocho mil dólares que hizo un grupo de migrantes. Pero la familia aún no sabe la fecha en qué llegará el cadáver del joven a Pasaquijuyup.
Manuel no sabe qué hacer. Tiene muchas deudas, tantas que no sabe contarlas. Está preocupado por el futuro de su nieto Justin, de seis años, y por el de su nuera Francisca, de 23. También, por el de su esposa María, porque por las deudas que tiene no podrá enviarle remesas.
¿Quieres ayudar a la familia? Aquí te dejamos los datos:
- Manuel Tzaput (padre): 001-323-996-9940
- Manuel Tzaput (tío de Francisco en Guatemala): 4828-2472
Un camino de 45 días
Manuel llegó al suelo norteamericano hace dos meses. Lo hizo después de pasar 45 días en camino desde Sololá, Guatemala, hasta Los Ángeles, California, Estados Unidos. Tuvo miedo de cruzar el desierto, pero lo logró y, con alivio, dice que todo salió bien.
Él igual que miles de guatemaltecos ven la migración como única opción para mejorar su situación personal y familiar. Aunque admite que el idioma es una barrera porque está en un país en el que predomina el inglés.
“Ángel está aprendiendo a hablar -inglés- y a comprar sus cosas”, dijo Manuel al referirse a su otro hijo, que también emigró de manera irregular a EE.UU. hace cuatro meses.
Juntos trabajan para saldar las elevadas deudas, pero lo hacen con el dolor de haber perdido a Francisco.