La tradición de la quema del diablo se inició en Guatemala en 1738, como un mandato de los reyes españoles.
Diciembre, en Guatemala, es un mes lleno de tradición. El inicio de la temporada navideña se marca con la limpieza de las calles para la llegada de la Virgen María, quien dará a luz al Niño Jesús.
Eso se efectúa el 7 de diciembre, con la quema del diablo. Esta actividad consiste en la realización de fogatas en los barrios y colonias del país.
Se trata de una festividad con origen en la religión católica, para preparar el camino para la Inmaculada Concepción.
Tradición
Las familias que participan de esta tradición se preparan con los artículos necesarios para elaborar una pequeña fogata.
En la actualidad, las autoridades invitan a que se usen piñatas elaboradas con papel y alambre, con el objetivo de evitar la emisión de gases tóxicos, los cuales son dañinos tanto para los seres humanos, como para animales y para la capa de ozono.
De acuerdo con la recomendación, estos materiales sustituyen artículos como plásticos o combustibles, los cuales comenzaron a ser muy populares.
Hubo un tiempo en el que se aprovechaba la quema del diablo para incinerar basura, con lo cual se producían emisiones de gases perjudiciales.
Luminarias
En el país centroamericano, la tradición inició en 1738, en la ciudad ahora conocida como La Antigua Guatemala, en el departamento de Sacatepéquez.
Allí funcionó la capital guatemalteca durante la época colonial.
Ese año, los reyes de España enviaron instrucciones a las entonces autoridades guatemaltecas de la Real Audiencia.
Según los preceptos reales, se debían realizar las luminarias y así desarrollar la fiesta de la Purísima Concepción de Nuestra Señora.
Esto era una representación de la intención de los seres humanos por alejar las sombras y preparar al mundo para el 8 de diciembre, cuando se celebra la Inmaculada Concepción de la Virgen María.