Familiares de la víctima dieron a conocer que la empresa sabía de las amenazas de un grupo dedicado a la extorsión, pero no denunciaron.
Katy Adelaida Rojas Morales era una mujer de 36 años que se dedicaba a trabajar y a su familia. Fue ultimada a balazos el pasado lunes 13 de septiembre en el local en el cual desarrollaba su labor. El crimen es atribuido a una banda dedicada a la extorsión.
Ella trabajaba para una cadena de panadería y, como todas las mañanas, se disponía a iniciar su jornada laboral el día en que ocurrió el hecho de violencia en su contra.
De acuerdo con las investigaciones preliminares, la mujer fue atacada a balazos en el interior del local, en la zona 6 de la capital. Su cadáver quedó tendido en un área cercana a la parte de atrás del mostrador y de la estantería utilizada para mostrar el producto.
Otra mujer sería la responsable del hecho, aspecto que las autoridades tratan de establecer.
La familia de la víctima sospecha que todo se debe a las extorsiones de las cuales es víctima la empresa para la cual trabajaba Rojas Morales.
Jefes sabían de extorsión
El esposo de la mujer afirmó que el viernes anterior, fue lanzado un teléfono móvil al interior del inmueble, el cual sería utilizado para contactar a los dueños del negocio y exigir dinero de manera ilegal.
La víctima contó la situación a sus jefes y estos, en vez de buscar una solución le dijeron que no denunciara, porque de hacerlo sería despedida de su puesto de trabajo.
El viernes por la noche, cuando Rojas Morales llegó a su casa le dijo a su esposo lo que había pasado y que tenía temor de relatar los hechos a las autoridades, por la condición que le señalaron sus jefes.