Jovenes chapines originarios de Cabricán ensayan para evento en honor a Cristo de Acapetagua, el patrono de su comunidad.
Las tradiciones de Guatemala se hacen presentes en Estados Unidos gracias al ingenio y esfuerzo de quetzaltecos, originarios del municipio de Cabricán, que integran el convite Juventud Cristo de Acapetagua, formado en Manhattan, en Nueva York.
Integrado por diez parejas, entre 10 y 32 años, este grupo se formó en 2019 con la ilusión de rendir homenaje a la imagen de Cristo de Acapetagua, el patrono del municipio de su origen.
“Se hizo la convocatoria y varios jóvenes paisanos se anotaron. Nuestra idea es conservar las tradiciones y la cultura que distingue a Guatemala, aunque ahora vivamos en Nueva York”, explica Luis Pérez, presidente de la junta directiva.
Agrega que desde hace dos meses ensayan a partir de las 22 horas, pues es el horario en que la mayoría sale de sus trabajos.
Conservan tradiciones chapinas
Chapines USA fue testigo de uno de esos ensayos, el cual se llevó a cabo en la 166 East de Manhattan. A partir de las 21:30 horas fueron llegando los jóvenes a bordo de sus bicicletas, la mayoría con algún distintivo de Guatemala.
Adentro ya los esperaba el encargado de la música, quien tenía en su repertorio alegres melodías de reconocidas agrupaciones guatemaltecas como Miguel Ángel Tzul, Los Francos, Internacionales Conejos y Fidel Funes.
Con pasos coordinados, liderados por el pequeño Bryan Pérez, de 10 años, el convitero más joven, las parejas pusieron su mejor esfuerzo, y así estar más que listos para el 6 de noviembre próximo, día en que se llevará a cabo su presentación oficial.
Este será parte de varias actividades que realiza la comunidad Cristo de Acapetagua, fundada en el corazón de la Gran Manzana. Entre las cuales destaca una eucaristía en la iglesia San Carmelo, cena de gala y la celebración del primer aniversario del coro.
Desde Quiché
Ese día lucirán sus distintivos trajes de gala, los cuales fueron traídos de Quiché, un departamento de la región noroccidente de Guatemala.
“Cada uno tiene un diferente significado y los elaboraron en Quiché”, afirma Pérez, quien agrega que bailarán durante dos horas con pausas de 15 minutos.
La mayoría de integrantes del convite viven en Manhattan y trabajan como repartidores de comida (delivery).
Pese a sus largas jornadas de trabajo, la ilusión de sentirse por un momento como en Guatemala y rendirle homenaje al patrono de su pueblo los hace llegar todos los martes al mismo punto, donde además de ensayar, se estrechan la mano, cuentan anécdotas y recuerdan lo bello que es ser de Cabricán, uno de los rincones de la cultura mam de Quetzaltenango.