Los trabajadores migrantes acogidos al programa agrícola H-2A, que permite la contratación de mano de obra extranjera, viven en condiciones de explotación y vulnerabilidad, no lejos de la esclavitud.
«El programa H-2A ha creado una fuerza laboral cautiva, hecha para trabajar en condiciones brutales y a menudo ilegales. En la práctica, no están alejadas de la esclavitud», indica el informe «Dignidad o explotación: ¿Qué futuro para las familias de trabajadores agrícolas en Estados Unidos?» del Institute for Public Accuracy.
Destaca que bajo este programa las regulaciones del Departamento del Trabajo permiten a las empresas someter a los migrantes a cuotas que les obligan a trabajar a una velocidad agotadora.
Señala además que este programa ha crecido. Y que ello ha exacerbado una crisis de vivienda existente para estos trabajadores rurales, pues la contratación se ha disparado de 10 mil visas en 1992 a más de 250 mil en 2020.
Por otro lado, se explica que «los trabajadores enfrentan una exposición desproporcionada a la pandemia de covid-19». La razón es porque están en viviendas colectivas o barracones, donde duermen en literas.
«Los esfuerzos para organizarse contra las condiciones de explotación se han encontrado con despidos, deportaciones y listas negras», afirma el reporte.
Comparación con otro estudio
El informe asegura que las condiciones de explotación y vulnerabilidad de los migrantes que se acogieron al programa H-2A son similares a las del programa bracero que estuvo vigente desde 1942 hasta 1964.
Mediante ese proyecto, denominado «Mexican Farm Labor Program”, unos 4.5 millones de mexicanos llegaron a las fincas agrícolas de Estados Unidos (entre los cuales algunos visitaban y regresaban de manera repetitiva a esta nación).
Recuerda el informe que La Ley de Inmigración y Naturalización de 1965, que puso fin al programa bracero, estableció un sistema de inmigración basado en la reunificación familiar y la estabilidad comunitaria, protegiendo los salarios, derechos, salud y vivienda de los trabajadores agrícolas, y advierte que «este sistema está cada vez más amenazado en la actualidad».
«Restaurar el sistema de preferencias familiares y detener el programa H-2A son dos de las decisiones más importantes que enfrentará la Administración Biden en lo que respecta a la dirección de la política de inmigración de Estados Unidos».
Anuradha Mittal, directora ejecutiva del Institute for Public Accuracy.
«La nueva Administración necesita elegir los intereses de quién va a servir. ¿Apoyará el programa H-2A y protegerá las ganancias de los productores o apoyará a los trabajadores agrícolas que trabajan en los campos para alimentar a este país?», puntualizó.
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